Una presentación del Prof. Humberto Barahona, Fundador del Instituto de Difusión Budista, ante la Conferencia internacional por la Paz Mundial en Mandalay, Myanmar. Conferencia convocada por «Sitagu International Buddhist Academy» desde el 22 hasta el 24 de Enero del 2016.
PAZ MUNDIAL Y CORRECTAS RELACIONES HUMANAS
“Los odios aquí nunca se apaciguan con el odio. Pero con el amor se apaciguan. Ésta es una ley antigua.” -El Buddha
1.-La Luz de Asia, Luz del Mundo: El Buddha.
El Señor Buddha, su experiencia y enseñanzas, son a través de la historia una fuente poderosa de inspiración para todos quienes buscan la paz y practican la no-violencia. El Buddha afirma que todos los seres humanos compartimos el mismo potencial espiritual y a partir de esa condición, la creación de correctas relaciones humanas, son la base indispensable para el desarrollo de una paz genuina.
La situación mundial actual es crítica, es un momento de la historia que puede constituir una oportunidad para que la humanidad de un gran paso hacia adelante en el sendero de progreso espiritual y humano. Cada día crece en el mundo la presencia de la luz, todos los rincones del planeta están siendo conocidos y están siendo reveladas momento a momento todas las terribles contradicciones humanas; ya nada puede ser ocultado indefinidamente al conocimiento de la gente de la calle.
Para progresar hacia una verdadera paz mundial es necesario que la conciencia de la humanidad, reconozca que formamos parte de una sola familia sobre la Tierra, y que la felicidad de unos, depende de la de los otros y que es el cultivo del sentido de cooperación y no el de competencia, el que nos hace realmente humanos y contribuye a la creación de correctas relaciones humanas.
La relativa paz existente hoy en el mundo es una paz ficticia, porque está basada en el equilibrio de la amenaza entre unos y otros, está basada en el poder de las armas y en el control económico. Esta no es una paz real. Estas no son correctas relaciones humanas.
2.- Las religiones organizadas
Quiero distinguir aquí entre el sentido religioso o espiritual innato en el ser humano, el sentido de lo universal, frente a las instituciones religiosas o religiones organizadas. El sentido innato de lo religioso, de lo espiritual, nunca puede morir y de alguna manera nos habla de una raíz común, que se encuentra en el corazón del ser humano. Todos los grandes maestros de la Humanidad, como el Señor Buddha, se han referido a ese sentido profundo.
Las organizaciones religiosas, que nacen para servir a los demás, han cedido terreno a las ambiciones humanas insanas y han terminado poniendo mayor énfasis en el poder y en el “tener”, que en el “ser”. Dedicamos casi toda nuestra energía a múltiples actividades mundanas para sostener grandes estructuras y dejamos de lado la contemplación, la sencillez y el silencio. Construimos grandes templos, pero abandonamos lo único importante, la construcción del ser humano.
Las religiones organizadas y en nuestro caso particular, el Buddhismo, sus grandes instituciones, deben velar por una formación integral de sus estudiantes, laicos y ordenados. Integral en el sentido de cultivar una mirada universal, para comprender los problemas fundamentales que hoy enfrenta la humanidad y los recursos que desde nuestra formación como buddhistas, podemos ofrecer para construir correctas relaciones humanas.
También es nuestra responsabilidad construir correctas relaciones con todas las tradiciones religiosas universales y en particular, construir correctas relaciones entre las distintas tradiciones buddhistas. Para ello, es indispensable que nos informemos de cada tradición espiritual, desde sus propias fuentes y expositores más calificados. El respeto sólo puede venir de conocer al otro, de interesarnos por el otro. Lamentablemente, muchas veces nos encerramos en nuestra propia cultura, en nuestros prejuicios, y no valoramos a los demás.
Los profesores y maestros del Dhamma tenemos especial responsabilidad en la construcción de correctas relaciones humanas. En nuestro país, de cultura cristiana y en todo Occidente, las instituciones religiosas están siendo cuestionadas por la gente, a partir de graves trasgresiones éticas de autoridades religiosas que detentaban títulos de gran dignidad. Cuando estas transgresiones vienen de personas que tienen bajo su responsabilidad a cientos de personas, es una situación muy grave, debido a que dañan de forma casi irreparable la confianza pública, la confianza de la gente común y corriente. Los títulos formales de dignidad en el ámbito religioso, aumentan nuestra responsabilidad.
En la experiencia de nuestro pequeño país, Chile, de aproximadamente 17 millones de habitantes, de tradición mayoritariamente católica, gozamos de libertad religiosa y desde hace ya varios decenios existe un creciente interés por el pensamiento del Buddha, particularmente cuando evita el dogmatismo, el teísmo, el fanatismo y la superstición y no coloca énfasis en cuestiones culturales locales. Occidente requiere recibir lo esencial del mensaje del Buddha, nuestra capacidad para ser libres.
Me permito proponer que se celebren seminarios, encuentros, retiros, entre seguidores de las distintas tradiciones buddhistas y en un ámbito mayor, con seguidores de otras concepciones religiosas y éstas deberían realizarse en todas las regiones y continentes del mundo, no sólo en Asia, no solo en el hemisferio norte.
También es muy importante que establezcamos puentes con los distintos aspectos de la ciencia y la tecnología. Son extraordinariamente interesantes los proyectos científicos relacionados con el estudio de los efectos de los procesos de meditación en el cerebro como en el comportamiento emocional. De esta forma estaremos construyendo correctas relaciones humanas, que son la base de la paz mundial.
3.- La Educación mundial
Los buddhistas y las organizaciones buddhistas debemos asumir nuestra responsabilidad para educar a la gente en el conocimiento de la mente, el manejo de las emociones, el análisis frente al cúmulo de sensaciones e información que enfrentan día tras día, distrayendo su energía en propósitos inútiles y meramente egoístas. Debemos trabajar para ofrecer a la gente común y corriente los medios para desarrollar la capacidad de reflexión. Debemos estar disponibles para ofrecer el punto de vista de las enseñanzas del Buddha, sin interés proselitista ni de adoctrinamiento sectario.
Cantidades enormes de dinero son destinadas constantemente para satisfacer necesidades artificiales y un consumo excesivo. Debemos prepararnos para enseñar a la gente el significado y el poder del dinero. El poder que hasta la más humilde de las personas tiene cuando decide invertir unas pocas monedas. Si muchos pudiéramos darnos cuenta de este poder, podríamos sin duda cambiar el mundo hacia una dirección más digna del ser humano, construyendo así correctas relaciones humanas, que son el preámbulo de la paz.
Como budistas tenemos el deber de facilitar a la población común y corriente, las herramientas de la reflexión y la meditación, para que aprendan a discernir entre lo que es importante, lo que es secundario y lo que es superfluo. No podemos pretender que los demás, o el Estado, se encargue de nuestras propias responsabilidades. No podemos esperar que sea el vecino, o el Gobierno de turno, que venga y riegue el árbol que tenemos delante de nuestra casa.
Los grandes centros y universidades buddhistas en el mundo asiático, pueden abrirse también hacia el resto del mundo, hacia Occidente, pero no solo hacia el occidente rico, sino también hacia los países pobres o en vías de desarrollo. Los expositores, profesores y maestros calificados del mundo buddhista, pueden hacer un aporte vital para la humanidad, recorriendo el mundo. Pero lo más importante de esta actividad, es mirar primero la motivación profunda que nos mueve y cultivar constantemente una actitud no sectaria, no proselitista, no dogmática.
4.- Creación de correctas Relaciones humanas, el valor de la Cooperación en la sociedad y el acceso a los Recursos del planeta
El amor, la sabiduría transcendente y la ética, son la base del mensaje de todos los maestros universales, como del Señor Buddha. Y este mensaje está tan vigente hoy, como ha sido por miles de siglos. Sin embargo, los seres humanos, la humanidad como un todo, aún estamos lejos de poder comprender y hacer nuestros en la vida diaria estos grandes principios. Estos principios requieren del desarrollo de la reflexión. Este amor no es esencialmente un sentimiento, sino buena voluntad práctica, buena voluntad en acción, expresándose en las comunidades y naciones por medio de las personas. El amor del que estamos hablando está fundado en la comprensión de la interdependencia de todos los fenómenos, en la no-separatividad.
Como buddhistas, tenemos en el formidable recurso del Noble Octuple Sendero, todos los factores necesarios y suficientes para cultivar en nosotros y difundir en los demás, las correctas relaciones humanas, que son el fundamento de la paz mundial. Pero no necesitamos hacer que la humanidad se convierta al buddhismo, sólo es necesario presentar estos principios a los demás en su propio lenguaje, para que desde sus propias convicciones espirituales o éticas, se sumen a la tarea de crear correctas relaciones humanas en el planeta.
Nos han hecho creer que el sentido de “competencia” es el valor esencial en la evolución humana, pero eso no es verdad. Finalmente será el sentido de cooperación la que podrá resolver los desafíos más graves que ya hoy comienza a enfrentar la Humanidad.
En el libro “Un Puente para Dos Miradas”, varios científicos reunidos con el Ven. Tenzin Gyatso, especialmente los Drs. Robert Livingston y Francisco Varela, coinciden en la tergiversación histórica que se ha difundido en Occidente respeto de los estudios de Darwin sobre la evolución de las especies. Efectivamente el Dr. Livingston afirma en algunos párrafos:
“Tengo la impresión de que esta evolución ha sido desnaturalizada en Occidente por la exageración de las ventajas selectivas de la competitividad y la combatividad. Darwin más bien expreso un punto de vista equilibrado, resaltando la importancia relativa de la interdependencia y de la cooperación entre las especies, comparadas con la agresión y la competición. Es útil reflexionar acerca de la información que nos aporta la evolución sobre la cooperación y reconocer en qué medida el insistir exageradamente sobre la dimensión competitiva puede deformar nuestras hipótesis.”
Todo el mundo desea seguridad, bienestar y relaciones pacíficas con sus vecinos y en el mundo. Pero no podrá haber paz hasta que las potencias mundiales, en colaboración con las naciones pequeñas, hayan resuelto al problema económico y hayan comprendido que los recursos de la Tierra no pertenecen a ninguna nación en particular, sino a toda la humanidad.
Hoy nos encontramos con el peligro creciente de las corporaciones privadas transnacionales, con la complicidad de los gobiernos, apoderándose de todos los recursos básicos. Incluso pretenden apoderarse del manejo de los alimentos a través de la posesión exclusiva de semillas de “propiedad privada”. Este precioso planeta, cuya existencia depende de factores tan delicados como extraordinarios en el sistema del universo conocido, es de todos los seres humanos y de todos los seres vivientes, sin exclusión de nadie por razón de raza, de religión ni ideología.
5.- Los medios de comunicación
Sabemos que los medios de comunicación masiva, en todo el mundo, se encuentran mayoritariamente en poder de las corporaciones privadas nacionales e internacionales, en función sólo de intereses materialistas, es decir, en función del veneno de la codicia que impide que la familia humana cubra sus necesidades básicas.
Estoy convencido que la comunidad buddhista internacional tiene los medios suficientes para la creación de una plataforma de comunicación mundial, no sectaria, que ofrezca a la gente información de valor positivo sobre todas las iniciativas alrededor del mundo que procuran desarrollar las correctas relaciones humanas. Una plataforma que busque también las coincidencias y valore las iniciativas en esta misma dirección de otras confesiones religiosas o instituciones no religiosas que trabajen en la misma dirección en los diferentes campos del quehacer humano.
6.- Conclusión general
Estas propuestas responden a la actual crítica situación mundial y pueden contribuir traves del cultivo de correctas relaciones humanas, a superar el estado de las cosas que hemos creado nosotros mismos. De ninguna manera deberiamos avanzar en este camino, culpando, socavando o atacando.
Los hombres y mujeres inspirados en esta tarea, millones de personas dispersas en diversos países, culturas y religiones, pueden encontrarse y planificar acciones en común, utilizando los medios tecnológicos modernos. Entonces estas personas y grupos podrán situarse entre los explotados y los explotadores, entre los traficantes de armamentos y los pacifistas, entre las masas y sus dirigentes, sin fomentar perturbaciones políticas, ni religiosas impropias, ni nutrir odios.
Establecer y cultivar correctas relaciones humanas, son la base definitiva para el desarrollo de una paz genuina y perdurable en el mundo.***
Prof. Humberto Barahona